El país decide en elecciones si devuelve el poder a la izquierda o revalida al oficialismo
Los uruguayos esperaban el domingo por la noche los resultados de las elecciones generales, pasadas más de dos horas del cierre de los centros de votación, en una jornada del alta participación que podría marcar el regreso de la izquierda al poder tras cinco años y tras una campaña caracterizada por la moderación.
La coalición de izquierdas Frente Amplio, favorita en las encuestas y encabezada por Yamandú Orsi, buscaba en estos comicios recuperar en las urnas la hegemonía que la mantuvo al mando del país entre 2005 y 2020. El Partido Nacional, representado por Álvaro Delgado, confiaba en mantener la continuidad de su legado alentado por el carisma del presidente saliente, Luis Lacalle Pou.
Según cifras difundidas por la Corte Electoral, a la hora del cierre de las urnas habían votado un 89% de los 2 millones 727 mil 120 electores habilitados. La autoridad electoral indicó durante la jornada que los resultados de la contienda se darían a conocer la noche del mismo domingo.
Cerrada elección
Encuestas de salida de cuatro firmas privadas apuntaban hacia esa segunda vuelta entre los candidatos del Frente Amplio que aparecía con ventaja y del Partido Nacional. Las aproximaciones de Usina de Percepción Ciudadana, de Cifra, de Opción y de la Consultora Equipos oscilaban en atribuir entre un 42 y un 44% del respaldo popular a la coalición izquierdista, frente a un 27 y 28% de la candidatura oficialista.
El oficialista Delgado, también desde la sede donde su equipo seguía el avance del conteo, se mostró temprano confiado en un resultado positivo y afirmó estar “seguro que la gente en el cuarto secreto fue a depositar la confianza para continuar el gobierno”.
El Partido Colorado había mostrado esperanzas en la recta final de la campaña de llegar, al menos, a la eventual segunda vuelta, gracias a una intensa y atípica promoción de su abanderado Andrés Ojeda, un candidato “pragmático” que se presenta como la cara de la “nueva política”.