Se enfrentará en juego de Domingo por la Noche
Los Acereros iniciaron la campaña como un equipo con muchos signos de interrogación y aspiraciones limitadas. Dallas, por otro lado, fue etiquetado como aspirante a conquistas mayores desde el principio.
Luego de cuatro semanas, los papeles se han invertido y el motivo es claro: La actuación defensiva de cada uno de estos dos equipos.
En una liga en donde los quarterbacks tienen un peso desproporcionado, pocos pueden negar el progreso del pasador Justin Fields al frente de la ofensiva de Pittsburgh (3-1). En cambio, Dak Prescott únicamente aumentó la increíble presión que pesa sobre él después de firmar un histórico contrato por cuatro años y 240 millones de dólares. Prescott y los Vaqueros (2-2) han quedado sumidos en un mar de cuestionamientos.
Fields intenta afianzarse como el titular a largo plazo de Pittsburgh y para ello tendrá que explotar todas las carencias que ofrece una defensiva de Dallas que ha concedido 36 puntos en promedio en sus dos derrotas —16 puntos por encuentro en sus dos triunfos— y que podría sufrir la ausencia por lesiones de dos de sus mejores jugadores, el defensive end DeMarcus Lawrence y el linebacker Micah Parsons.
En el caso de los Acereros, al sufrir su primera derrota de la campaña el domingo pasado, permitieron más puntos (27) que en sus primeros tres juegos combinados (26). Abrirle la puerta a Prescott, al receptor CeeDee Lamb y al cuarto mejor ataque aéreo de la NFL podría traerles problemas.
En la cumbre
Cuando Buffalo envió al experimentado pero temperamental receptor Stefon Diggs en un canje a los Texans, el quarterback Josh Allen y la ofensiva de los Bills alcanzaron una nueva dimensión de productividad. Un caso clásico de adición por sustracción.
Allen comanda ahora al segundo ataque más productivo de la NFL (30.5 puntos por encuentro), es capaz de distribuir el balón entre todo el personal —cinco jugadores con al menos ocho recepciones— y de conformar la tercera ofensiva más peligrosa en la zona de definición.
Houston, en tanto, adquirió a Diggs con la idea de darle al quarterback de segundo año C.J. Stroud una nueva arma en un portentoso ataque aéreo que ya cuenta con Nico Collins (30 recepciones y 489 yardas) y el gran jugador, Tank Dell.